miércoles, 11 de enero de 2017

UN ERROR AFORTUNADO




UN ERROR AFORTUNADO

En el salón de clase había dos alumnos que tenían el mismo apellido: Urdaneta. Uno de los Urdaneta, el más pequeño, era un verdadero dolor de cabeza para la maestra: indisciplinado, poco aplicado en sus estudios, buscador de pleitos. El otro Urdaneta, en cambio, era un alumno ejemplar.

Tras la reunión de representantes, una señora de modales muy finos se presentó a la maestra como la mamá de Urdaneta. Creyendo que se trataba de la mamá del alumno aplicado, la maestra se deshizo en alabanzas y felicitaciones y repitió varias veces que era un verdadero placer tener a su hijo como alumno.
A la mañana siguiente, el Urdaneta revoltoso llegó muy temprano al colegio y fue directo en busca de su maestra. Cuando la encontró, le dijo casi entre lágrimas: “Muchas gracias por haberle dicho a mi mamá que yo era uno de sus alumnos preferidos y que era un placer tenerme en su clase. ¡Con qué alegría me lo decía mamá! ¡Qué feliz estaba! Ya sé que hasta ahora no he sido bueno, pero desde ahora lo voy a ser”. La maestra cayó en la cuenta de su error pero no dijo nada. Sólo sonrió y acarició levemente la cabeza de Urdaneta en un gesto de profundo cariño. El pequeño Urdaneta cambió totalmente desde entonces y fue, realmente, un placer tenerlo en clase.
 

lunes, 2 de enero de 2017

EL CORCHO PEDAGÓGICO

EL CORCHO PEDAGÓGICO
Un Supervisor visitó una escuela primaria. En su recorrido observó algo que le llamó la atención: una maestra estaba atrincherada atrás de su escritorio y los alumnos hacían un gran desorden; el cuadro era caótico.
Decidió presentarse: "Permiso, soy el Supervisor... ¿Algún problema?"
"Estoy abrumada señor, no sé qué hacer con estos chicos...
No tengo láminas, no tengo libros, la Secretaría no me manda material didáctico; no tengo recursos electrónicos, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles..."
El Inspector que era un "Docente de Alma", vio un corcho en el desordenado escritorio, lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:
¿Qué es esto? “Un corcho señor "....gritaron los alumnos sorprendidos.
"Bien, ¿de dónde sale el corcho?".
"De la botella señor, "lo coloca una máquina...", "del alcornoque... de un árbol"... "de la madera...", respondían animosos los niños.
"¿Y qué se puede hacer con madera?", continuaba entusiasta el docente.
"Sillas...", "una mesa...", "un barco!". Bien, tenemos un barco.
¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito?
Escriban a qué Estado pertenece.
¿Y cuál es el otro puerto más cercano?
¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que allí nació?
¿Qué produce esta región?
¿Alguien recuerda una canción de este lugar?
Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc..
La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:       
"Señor Inspector,  nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias."
Pasó el tiempo. El inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra.
Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden...
"Señorita... ¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?
Sí señor, ¡cómo olvidarme!
Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho. ¿Dónde lo dejó?"
MORALEJA:
¡¡¡Cuando el Maestro no tiene vocación o Alma de maestro, nunca encuentra el corcho!!!
¿Tienes idea de cuántos docentes de éstos encontramos en las escuelas?