-
Romeo y Julieta es una historia de amor entre dos jóvenes de 16 años. Son de familias enemigas en la ciudad de Verona.Pertenecen a las familias de los Capuletos y los Montescos, que son las más poderosas de la ciudad pero están enfrentadas entre sí. Julieta celebra la fiesta de sus 16 años de edad y en ella conoce a Romeo. Se enamoran a primera vista. En ese momento no saben que sus familias son totalmente opuestas.Se casan en secreto al día siguiente de conocerse en un alarde de completo romanticismo y pasión. Les une un sacerdote en una ceremonia religiosa.Tras la boda secreta mantienen su vida separada. Mercutio, amigo de Romeo, se encuentra con Tebaldo, primo de Julieta que está furioso por la presencia de Romeo en la fiesta de máscaras celebrada en casa de los Capuletos la noche anterior.Romeo rehusa batirse con Tebaldo. Mercucio se indigna por esta sumisión y saca la espada. Romeo trata de separar a los contendientes y en ese momento Tebaldo mata a Mercucio. Romeo lucha, mata a Tebaldo y huye.El príncipe de Verona condena a Romeo al destierro. La noticia causa la desesperación de Romeo y de Julieta. Romeo parte hacia Mantua.El padre de Julieta ignora que Julieta se ha casado con Romeo y concierta la boda de su hija con Paris, un matrimonio del que ya se había hablado antes de que Julieta conociese a Romeo. La boda se fija para dos días después.El sacerdote busca un truco para volver a reunir a los esposos. Aconseja a Julieta que finja ante sus padres que acepta el matrimonio y le da un narcótico que la hará permanecer muerta durante dos días. Su familia llevará el cuerpo al cementerio y el sacerdote avisará a Romeo que la sacará del sepulcro. Julieta acepta el plan, toma el narcótico y es hallada muerta, por lo que en lugar de la boda se celebra un entierro.La carta que había sido enviada a Romeo por el sacerdote no llega, Romeo recibe la noticia de la muerte de Julieta. Desesperado compra un veneno y se dirige a Verona con la intención de tomar el veneno junto a la tumba de Julieta. Cuando llega a la tumba se encuentra con Paris, lucha y lo mata. Romeo besa a Julieta, se toma el veneno y cae muerto. Julieta al ver a Romeo muerto toma también veneno y muere.
sábado, 28 de octubre de 2017
RESUMEN DE ROMEO Y JULIETA
Shakespeare nació el 26 de abril de 1564 y murió el 23 de abril de 1616.
miércoles, 25 de octubre de 2017
CALIGRAFÍA PARA OCTAVOS Y DÉCIMOS AÑOS
VALORAMOS LAS APARIENCIAS
Un
rey le contaba a un sabio lo
extraordinariamente buenos y generosos que eran sus súbditos. -Estás muy
equivocado –le dijo el sabio-. La gente de tu reino actúa de acuerdo a las
apariencias. Le dan muy poca importancia a los hechos, que son los que
demuestran espíritus grandiosos.
Al
oír esto, los cortesanos se pusieron bravos y le rogaron al rey que no hiciera
caso a ese falso sabio. -Majestad, ellos dirán lo que quieran, pero en este
mundo vil, todo funciona al revés: la persona más preciosa no vale nada, y la
persona que no vale nada es la más preciosa. -Demuéstramelo –dijo el rey-. Si
no lo haces, mandaré que te corten la cabeza por decir cosas falsas y
descabelladas.
El
sabio invitó al rey a que se disfrazara como una persona común y así dieran una
vuelta por la ciudad. Llegaron al mercado y el sabio le insinuó al rey que
pidiera un kilo de cerezas que habrían de servir para salvarle la vida a un
enfermo muy grave. Fueron inútiles las súplicas del rey. El comerciante,
cansado de discutir con el rey, lo botó del lugar y le dijo que si no se iba
pronto, lo sacaría a palos. -Las cosas que tiene que oír uno en la vida –balbuceaba
el comerciante-. ¿Acaso tengo cara de idiota? Estos mendigos miserables ya no
saben qué inventar para engañar a uno.
El
rey estaba a punto de revelar su identidad, cuando el sabio se lo llevó afuera.
Caminaron un buen rato y llegaron a las orillas de un río que corría crecido
con las aguas del deshielo. En un descuido, el sabio le dio un empujón al rey
que cayó al agua. Empezó a gritar pidiendo ayuda, pero aunque se acercaron
muchos curiosos atraídos por sus gritos, nadie hizo nada. Ya estaba a punto de
ahogarse, cuando un mendigo, el más harapiento de la ciudad, se lanzó al agua y
salvó al rey.
Entonces
el sabio se acercó al rey que temblaba de frío y de indignación, y le dijo:
-¿Viste cómo era cierto lo que yo te dije? Cuando tú, que eres la persona más
valiosa del reino pediste un kilo de cerezas para salvar la vida de un enfermo,
no obtuviste nada y hasta estuviste a punto de que te partieran la cabeza a
golpes.
En
cambio este mendigo, que supuestamente es la persona que menos vale en tu
reino, ha expuesto su vida por ti y te ha salvado. No son las apariencias lo que cuentan, sino los hechos.
martes, 10 de octubre de 2017
CUENTOS QUE PARTICPARON EN EL CONCURSO "LEYENDO LA JUGADA"
LA FUERZA DE
ESTRELITA
Había una niña que tenía cabello
rubio, ojos claros, piel blanca, por eso la llamaron Estrellita. Cuando era
pequeña se quebró la pierna y descubrieron que tenía cáncer, por eso tuvieron
que amputarle la pierna. Desde ese día soñaba
con tener una bici rosa para pasear en ella.
Un día jugaba a las escondidas con sus compañeros, pero como no tenía
pierna le era difícil esconderse, por lo cual sus amigos la hallaron rápido,
entonces ella se aburrió y se peleó con todos, quedando finalmente sola y
triste.
Al cumplir 19 años, escuchó que un atleta tenía pierna ortopédica y pidió
a sus padres que la ayudaran a conseguirla para hacer una vida más normal. Efectivamente al poco tiempo ya usaba una
pierna igual a la del atleta.
Entonces mostró interés por el ciclismo y sus padres decidieron comprarle
una bici y así se lo dijeron pues querían saber de qué color la quería; ella
recordó que cuando era pequeña soñaba con una bici rosa y fue con sus padres a
comprarla.
Salía a
pasear en su bici siempre y al ver su agilidad, decidió participar en una
carrera y ganó el primer puesto. El
premio lo colocó en la sala de la casa para que sus padres siempre lo vieran y
recordaran que ella siempre estaría con ellos y los acompañaría con su fuerza y
coraje para enfrentar cualquier problema.
Autora: Ana Villarreal
Octavo
Año “C”
UN SUEÑO HECHO REALIDAD
Chino y Oswaldo caminaban
bajo la lluvia por las calles de la ciudad de Quito buscando dónde pasar la
noche. Solos y en silencio decidieron quedarse en un pequeño parque, al no
saber qué hacer ni qué decir se resguardaron debajo de un árbol muy grande y
frondoso que impedía que la lluvia los siguiera mojando. Con los ojos abiertos esperaron el amanecer.
Cuando las primeras luces del día llegaron, Oswaldo dijo con una mirada
triste y a la vez feliz:
-
Chino ¿y si buscamos trabajo?
Ellos necesitaban
alimentarse, pero debido a su edad no lograban conseguir nada.
Tras seguir deambulando por el lugar
miraron a un señor haciendo malabares enn un semáforo, con una gran sonrisa
Chino dijo:
-
¿Por qué nosotros no hacemos lo mismo? Pero en nuestro caso
con una pelota de fútbol.
Oswaldo estuvo de acuerdo y expresó:
-
¡Qué gran idea! Pero tenemos que conseguir un semáforo para
pararnos ahí y actuar.
Chino que era muy astuto contestó:
-
Nosotros no nos pararemos en un semáforo, iremos al parque en
el que nos quedamos y comenzaremos a hacer los trucos que sabemos.
Con mucha alegría
corrieron al pequeño parque y comenzaron a hacer lo que se propusieron, la gente
estaba asombrada y empezó a acercarse hacia ellos, se preguntaban cómo dos
niños de tan poca edad podían hacer semejantes trucos.
Un señor se les acercó diciéndoles:
-¡hey niños! ¿Dónde aprendieron a hacer eso?
Ellos muy asustados contestaron:
-
Esto no nos enseñó nadie, nosotros lo llevamos dentro de
nosotros y desde siempre.
Con una mirada y una
sonrisa de satisfacción, el señor dijo:
-
Tienen mucho talento y mucha energía, que es lo más
importante. Dándoles una propina no dijo
más nada y se retiró del lugar.
Pasó el tiempo y Chino y
Oswaldo seguían realizando los trucos para poder ganar dinero y
alimentarse. Sin embargo no se habían
dado cuenta que aquel hombre con el cual habían hablado días antes los miraba
desde hace días. Un día se acercó a
ellos y les propuso un trato, pues estaba maravillado que a tan corta edad,
pudieran dominar la pelota tan bien.
Con una mirada alegre y
casi llena de lágrimas, ellos aceptaron y no tardaron en enterarse que ese
señor era dueño de una asociación de futbolistas. Muy contentos por el trato que habían hecho,
comenzaron a practicar y a superarse cada día más, incluso enseñaban a otros
niños trucos que solo ellos sabían.
Transcurrieron muchos
años, los dos chicos siempre habían sido fieles a la Asociación que dirigía el
hombre que les había dado la oportunidad de superarse. El señor murió y para sorpresa de los chicos,
el hombre les había heredado la Asociación.
A los 22 años Chino y Oswaldo de
convirtieron en los mejores futbolistas de la Selección del Ecuador.
AUTORA: Maryuri Paguanquiza
Décimo Año “B”
EL REGALO DE LA AMISTAD
Había una vez una niña que
se llamaba Flor, ella amaba hacer manualidades y experimentos. Flor salía siempre a jugar al parque con su
amiga que se llamaba Estrellita, a quien le hubiese gustado andar en bicicleta,
pero no podía realizar este sueño porque no tenía una pierna.
Las dos eran las mejores
amigas que jamás existieron; Estrellita iba en su silla de ruedas y Flor la
ayudaba. Para hacer reír a Estrellita,
Flor usaba su talento y por eso un día le hizo una corona de flores para
Estrellita como un regalo de amiga.
Cuando Estrellita vio su regalo pensó: ¡Qué regalo tan bonito! ¡Ojalá yo
pudiera hacer regalos iguales a estos! Y se entristeció.
Para que Estrellita se
animara a Flor se le ocurrió una grandiosa idea y le dijo a su amiga:
-
Ven a mi casa, te quiero enseñar algo.
Estrellita emocionada y a
la misma vez asustada fue a la casa de Flor donde conoció a su mamá que era
profesora de manualidades, quien enseñaba a su hija todo lo que sabía y también
conoció a su papá que era abogado. Flor
le preguntó a Estrellita si deseaba tener clases de manualidades con su
mamá. Estrellita no sabía qué decir,
pero la niña aceptó pues si vendía las manualidades podría comprar su
bicicleta.
Pasaron
los días y Estrellita salió a vender las manualidades que había aprendido, pero
nadie se le acercaba porque las personas no estaban bien informadas de lo que
le pasó s Estrellita en su pierna y pensaban que la enfermedad que tenía era contagiosa. Estrellita con mucha tristeza regresó a su
casa y le contó a su mamá que nadie quería comprarle lo que ella hizo con
trabajo y esfuerzo. Su mamá le dijo que
ya no vendiera nada y que se quedara en su casa, pero Estrellita era una niña
muy luchadora y no se rindió pues anhelaba manejar su bici.
Al siguiente día
Estrellita salió otra vez a vender sus obras pero el único que le compró fue un
hombre llamado Pedro, a quien le contó que el dinero que ganara en la venta de
sus manualidades lo usaría para comprar una bicicleta, también le relató que en
la hora de recreo nadie se le acercaba porque les daba miedo que Estrellita no
tuviera una pierna y por ello sus compañeros se burlaban de ella y esto
entristeció enormemente a don Pedro quien decidió ir a la escuela de la niña
junto a Flor para dar una charla sobre la discapacidad y con esto los niños
aprendieron a no discriminar a las personas discapacitadas. Desde este momento todos cuidaban a
Estrellita y la protegían.
Un día Estrellita contó a
su maestra y compañeros el sueño que tenía y por el cual había hecho sus
manualidades, este era manejar bicicleta.
Entonces a sus compañeros se les ocurrió que podían organizar una
actividad para poder darle a Estrellita la pierna que nunca tuvo.
Todos los días los niños
vendían golosinas en el recreo y el dinero que ganaban lo ponían en una alcancía. Al finalizar el año contaron todo lo que
tenían y se lo dieron a la mamá de Estrellita para que pudiera comprarle la
pierna que tanto necesitaba para manejar su bicicleta.
Pasó el
tiempo y Estrellita fue a visitar a don Pedro y a sus antiguos compañeros
montada sobre una linda bicicleta de color rosa y en su cuello colgaban muchas
medallas que la niña había conseguido participando en las Olimpiadas
Especiales, pues nunca se había rendido y al tener su pierna ortopédica había
luchado por ser la mejor deportista en lo que ella tanto amaba, el ciclismo.
AUTORA: Erika Pozo
Octavo Año “A”
LA MAGIA DE UNA ESTRELLA DE FÚTBOL
Al amanecer, cuando caían
los primeros rayos del sol, en una casucha agujereada ingresaba con destellante
brillo la luz esplendorosa del astro rey.
Cada rayo de luz envolvía al Chino que estaba recostado sobre cartones
sucios y cobijas sudorosas. Abría los
ojos, estiraba los brazos, mientras entre bostezo y bostezo buscaba sus zapatos
rotos y sucios para levantarse.
El Chino
era un niño muy pobre, poco antes de llegar allí vagaba en las calles donde le
tocó vivir después de huir del maltrato que recibía de sus padres. Con una caja de cartón y algunas tintas
pintaba los zapatos de los transeúntes para juntar centavos y poder comer.
Un día caminaba y caminaba por el parque, por la
plaza; subía y bajaba por las calles y no logró lustrar ni un par de
zapatos. El Chino sentía el crujir
dentro de su barriguita fría: grrr, era
el sonido del hambre. Buscando entre la
basura encontró un balón muy desgastado que empezó a patear. Como ya oscurecía caminó hacia su chocita
siempre pateando su nuevo juguete.
Entonces miró al cielo que estaba lleno de estrellas, pero había una en
especial que titilaba como si hablara, la miró y miró y le dijo:
-
Estrellita, mira mi nuevo
tesoro
Y entonces sucedió algo extraño, la estrella le habló de esta
manera:
-Tu tesoro está bonito y por eso te voy a dar una cosita especial.
El viejo balón se llenó de un brillo especial que transformó a
Chino, de ser un niño pobre y hambriento, a un joven con muchas ganas de jugar
fútbol y una habilidad increíble para manejar el balón.
No faltaba quien lo invitara a jugar fútbol pues siempre se
destacaba, emocionaba con su juego y su habilidad en este deporte. Pronto tuvo muchos amigos que lo apreciaban
por ser un buen jugador y por eso tuvo la oportunidad de probarse en un equipo
de la capital y tener un puesto destacado en su equipo.
Chino ya jamás estaría solo, ahora siempre tendría
la compañía de sus compañeros de equipo, su balón y el brillo permanente de una estrella en el
cielo que lo cuidaba en cada jugada que realizaba.
AUTOR: Jhosua Fueltala
Octavo Año “A”
ESTRELLITA HIZO REALIDAD SU SUEÑO
Había una vez una niña
llamada Estrellita, ella era obediente, honrada, honesta, pero su mayor pasión
era la natación. Sus padres la querían
mucho y su abuela la apoyaba también para que alcanzara su sueño, que era ser
una nadadora olímpica.
Un día y después de
practicar mucho y dar su mejor esfuerzo, se convirtió en una experta nadadora;
lamentablemente después de unos días su abuela murió por culpa del cáncer. Estrellita se deprimió mucho y decidió no
salir de su cuarto y tampoco ir a entrenar, pero recordó unas palabras que le
dijo su abuelita, que eran: “Alcanza tus sueños Estrellita”. Por esta razón quiso seguir entrenando para
ser la mejor.
Cada día iba a la piscina
a practicar, pero un día resbaló y cayó; la llevaron al hospital y el doctor le
dijo que debido a la caída no podría caminar hasta que termine las
terapias. Estrellita se sentía muy
triste y se dijo:
-
Primero muere mi abuela y luego yo me accidento y no puedo
caminar, cómo puede suceder tantas desgracias.
Pensó nuevamente en lo que su abuelita le había dicho y se llenó de
energía, entonces dijo:
-
Voy a ir a las terapias para poder volver a caminar y algún
día representaré a mi país en las competencias de natación.
Después de mucho tiempo de terapia, Estrellita se
mejoró y volvió a caminar. Regresó a lo
que le gustaba, la natación. Luego de
unos días de práctica se realizó la competencia para seleccionar quién iba a
representar al país a nivel continental. Estrellita fue la afortunada ganadora
y todos festejaron su triunfo. Después
de unos días viajó a Estados Unidos donde se iba a llevar a cabo la
competencia. Compitieron todos los
países del continente y Estrellita fue la ganadora. Le dieron muchos premios, pero su mayor
alegría no eran las cosas materiales que le obsequiaron sino el haber alcanzado
su sueño.
Siguió participando en varias competencias y continuó
ganando. Se convirtió en la mejor
nadadora que haya tenido el país.
AUTORA: Jeniffer López
Octavo Año “A”
UN EXPERIMENTO DE FELICIDAD
Había una vez un niño como muchos, pero no con una vida como
el resto. El niño se apodaba “Chino”,
perdió trágicamente a su padre y para la mamá fue duro recibir aquella noticia. Chino era un niño al cual le gustaba jugar
mucho con su compañero Luis, salía jugar todas las tardes a las escondidas, y
los dos se divertían mucho.
Un día en que decidieron salir a jugar, ya era muy tarde
cuando apareció un extraño hombre que solo se fijaba en Chino y en Luis y ponía
atención a cómo jugaban y se divertían, pero nadie sabía qué planeaba aquel
hombre de vestimenta negra, era la primera vez que este extraño aparecía por el
barrio. Toda la gente se preguntaba
quién era y qué era lo que quería, sin embargo el hombre continuaba fijándose
en Chino y Luis.
Todos pensaban que el extraño hombre al que más tarde
supieron que apodaban “El viejo”, quería raptar a Chino y Luis, pero nadie
sabía que el extraño hombre quería experimentar con ellos, quería mejorar su
ADN para que puedan ser expertos en casi todo y puedan cambiar su pasado lleno
de tristeza y dolor. “El viejo” habló con los muchachos sobre sus expectativas
y les explicó el propósito de llevarlos a su laboratorio, los chicos aceptaron
someterse al experimento. Cuando el extraño hombre llevó a Chino y Luis al
laboratorio comenzaron con el proceso de mejorar el ADN para que pudieran
desarrollar su inteligencia y fuerza especialmente en los deportes, así se
convertirían en seres saludables y llenos de energía.
Pasaron los meses, Chino y Luis pudieron entrar al colegio y se
convirtieron en atletas de élite. Por su
habilidad recibieron bonos que les sirvieron para mejorar su vida y la de sus
familias. La felicidad prometida por
aquel extraño hombre, poco a poco se hizo realidad y pudieron gozar de la
alegría de estar juntos y vivir felices por el resto de sus vidas.
AUTOR: Jhonatan Simbaña Décimo Año “B”
UN ACCIDENTE EN BICI
Había una vez dos niñas
llamadas Sara y Estrellita, ellas se conocieron en el orfanato. Un día que estaban sentadas en sus camas
viendo desde la ventana, vieron pasar a tres niñas con sus bicis rosadas, ellas
se veían felices junto a sus padres.
Sara y Estrellita se pusieron muy tristes porque ellas soñaban tener sus
bicis rosas y tener a su lado a su papá y su mamá.
Un día llegó al orfanato
una pareja que quería adoptar una niña y apenas entraron y vieron a las niñas
Sara y Estrellita se encariñaron con ellas y las adoptaron para que vivieron
como hermanas.
Cuando llegaron a la casa
de sus nuevos padres, las niñas vieron a una ancianita que les dijo:
-
Vengan mijitas y déjenme
darles un abrazo a mis nuevas nietas.
Las niñas eran felices ya que su sueño se estaba
cumpliendo.
Una tarde Sara y Estrellita estaban jugando con sus
bicis como acostumbraban, cuando de pronto apareció un pero negro que les ladró
y ladró, ellas huyeron rápidamente en sus bicis, asustadas pero alegres de no
haber sido mordidas por aquel perro.
Una tarde salió toda la familia a jugar como
acostumbraban y Sara se cayó de su bici, Estrellita corrió a verla y le
preguntó:
-
¿Estás bien?
Sara le contestó:
-
No, me duele mucho mi talón
Sara se desmayó, llamaron a la ambulancia y la
llevaron al hospital. Cuando salió el
doctor les comunicó que la niña se había fracturado el talón por la caída desde
su bicicleta y mencionó que no podría jugar en su bici por lo menos durante
cuatro meses, hasta que su talón sanara.
Las dos niñas se pusieron a llora por esta mala noticia.
Pasaron los meses y Sara se recuperó. Estrellita y sus padres prepararon una fiesta
para celebrar el acontecimiento. Cuando
Sara bajó a la sala de la casa vio su bici rosa junto a la de su hermana y se
puso muy feliz ya que otra vez podría disfrutar del deporte que le
encantaba. Toda la familia se reunió y
se fueron con sus papás y hasta la abuelita a pasear en bicicleta. Sara entendió que practicar un deporte puede
ocasionar accidentes, pero cuando esto ocurre es necesario volver con más fuerza
y seguir practicando lo que a uno le gusta.
AUTORA: Selena Lara
Octavo Año “B
MANUEL Y CHINO, DOS GRANDES AMIGOS
Manuel era un muchacho muy destacado en sus estudios, pero
era muy malo en los deportes, pero cuando salía
del colegio miraba a los chicos que jugaba e la cancha, él se quedaba
mirando a aquellos muchachos que dominaban el balón. Manuel quería aprender lo
que ellos hacían
Un día se encontró con un muchacho llamado Chino, él lo
invitó a jugar y Manuel aceptó y jugaron toda la tarde, quedaron muy cansados,
pero ese día Manuel aprendió muchos trucos de fútbol. Al otro día Chino y Manuel retaron a unos
muchachos que jugaban en la cancha, los dos muchachos jugaban con tanta
destreza y agilidad que los del otro equipo bailaban. Manuel no se quedó atrás, él jugó al máximo y
hasta superó a su amigo Chino.. Se acabó el partido y el marcador quedó 5 a
4. El entrenador del otro equipo quedó
impactado con la habilidad de los dos muchachos y les propuso jugar en un
campeonato de fútbol.
Todo estaba bien, Manuel y Chino se preparaban para el primer
partido del campeonato, pero ocurrió una tragedia con Manuel, se lesionó un día
antes del partido, mientras entrenaba.
Comunicó a su amigo Chino esta situación y le pidió a su amigo que
hiciera todo lo posible por ganar el campeonato, él no podía estar jugando pero
lo apoyaría como si estuviera presente en cada partido.
Chino y su equipo ganaron el campeonato de fútbol. Fueron a visitar a Manuel que se encontraba
en su casa, enyesada su pierna. Los
jugadores acompañados de su entrenador y Chino entregaron el trofeo ganado a
Manuel quien agradeció a sus compañeros este hermoso gesto. Tiempo después se veía a Chino y Manuel
jugando con una pelota en el parque.
Manuel valoraba al fútbol porque le había dado la oportunidad de tener un buen amigo y destacarse en algo
distinto al estudio.
AUTORA: Marlon Reina Décimo Año “B”
UNA PROMESA PARA EL FUTURO
Chino era un niño de esos
a quienes les gustaba jugar fútbol, él vivía en Quito con su madre y su padre, los cuales
viajaban mucho por el trabajo. Él tenía
un amigo que se llamaba Mateo, ellos siempre jugaban en el estadio. Chino y Mateo tenían 13 años de edad y
estaban e un equipo de fútbol, eran las estrellas. Jugaban de delanteros con una formación
excelente de 5-4-2, pero quien jugaba mejor de los dos era Chino, pues era
famosos por hacer unas maniobras maravillosas en el campo de juego.
Mateo siempre se cobijaba
bajo la sombra de su amigo, era el segundo mejor jugador del equipo, hasta que
un día decidió dejar de ser el segundo y ser más destacado que su amigo. Mateo recibió el apoyo de sus padres. Su papá cada domingo lo llevaba a jugar al
parque para que fuera progresando en el fútbol.
Chino en cambio no recibía
el apoyo de sus padres ya que ellos siempre se iban de viaje. Un día Chino jugó bastante mal, no corría ni
hacía el menor esfuerzo por correr tras el balón, por lo cual lo sacaron y lo
mandaron a la banca. Mateo se puso
triste al ver a su amigo sentado en la banca y por ello hizo una falta a
propósito por lo cual le sacaron tarjeta roja y tuvo que salir de la cancha y
así pudo acompañar a su mejor amigo.
Chino miró lo ocurrido y
preguntó a Mateo por qué lo había hecho y Mateo respondió:
-
Sé que el estar separado de tus padres te afecta. Si ellos estuvieran contigo tu rendimiento
sería mejor, pero debes r3cordar que ellos te aman y si están viajando es por
darte una vida mejor. No estés triste yo siempre estaré a tu lado
acompañándote. Además si tú no juegas no
puedo probarte que yo me estoy superando para ser mejor, tal vez algún día
hasta sea mejor que tú.
Los dos amigos rieron y en ese momento se escuchó:
¡Gooool! Su equipo había metido un gol y ganaron el partido.
Chino se dio cuenta de la valiosa amistad que tenía y
por ello se acercó donde Mateo y le dio un gran abrazo, le agradeció por sus
palabras que le habían devuelto la fuerza para luchar por sus sueños y le
prometió que jamás dejarían de ser amigos, pasara lo que pasara.
AUTOR: Saúl López
Décimo Año “B”
UNA LECCIÓN PARA ESTRELLITA
Estrellita era una niña de
9 años y le gustaba el fútbol, pero ella tuvo un accidente y perdió la pierna,
no podía jugar con sus amigas, ella se sentía triste.
Un día conoció a alguien
que le cambiaría la vida, se llamaba Luisa, era una amiga que comprendía su
tristeza, la acompañaba y la ayudaba y también jugaba con Estrellita por lo
cual las dos niñas eran muy felices. Todas las tardes Luisa acompañaba a su
amiga a jugar fútbol, aunque lo hacían con mucho cuidado para evitar dañar a
Estrellita.
Luisa y Estrellita jugaban
en el parque cuando de pronto Estrellita cayó al suelo desmayada. Luisa no sabía qué hacer y llamó a la mamá
para que llevaran a su amiga al hospital.
Estrellita salió del
hospital pocos días después, llegó a su casa y se metió en la cama a descansar
de acuerdo a la recomendación del doctor, quien además pidió a la madre de
Estrellita que le diera comidas nutritivas pues la niña se había desmayado por
exceso de ejercicio y por falta de alimentos adecuados.
Con el paso del tiempo
Estrellita volvió a jugar con su amiga Luisa y se convirtió en una jugadora
excelente, porque su amiga le enseñó a no tener prejuicios y a no detenerse
ante nada para conseguir hacer realidad los sueños.
AUTORA: Damaris Rosero
Octavo Año “B”
UN PROBLEMA DE CORAZÓN
Erase una vez un chico a quien se le apodaba “Chino”, al cual le gustaba
mucho el atletismo. Un día estaba en una
competencia a la cual le había puesto demasiado empeño, y casi para llegar a la
meta tuvo un problema y cayó al suelo, su padre muy angustiado corrió al lugar
donde se encontraba su hijo y lo llevaron al hospital porque le dijeron que tenía
un problema en su corazón.
Pasaron los días y Chino seguía en el hospital, pero a él le gustaba
estar ahí porque tenía nuevos amigos y también amigas, pero solo una de ellas
llamaba su atención, ella se llamaba Estrellita. Decidió contarle a su padre sobre sus
sentimientos, pero su padre le dijo que no se tenía que enamorar porque su
corazón era frágil y lo podían lastimar.
Chino respondió a su padre que ella no
lo lastimaría, pues lo que en verdad le haría daño era el no poder estar
con Estrellita.
Pasaron los años y Estrellita y Chino ya no eran niños, aún seguían
juntos y haciendo lo que les gustaba. Chino decidió practicar el deporte que le
gustaba que era el atletismo, pero debido a su enfermedad del corazón se había
detenido en la práctica de este deporte, sin embargo Estrellita lo había
animado a continuar con la práctica de esta disciplina.
Participó
en varias competencias y ganó varios trofeos y se dio cuenta que el problema en
su corazón ya no le afectaba. Compartió
su triunfo con su padre y Estrellita. Un día que llegó de entrenar se encontró
con la gran sorpresa de que le habían otorgado una beca en una universidad muy
reconocida y podría ir con su novia. Así
lo hicieron y juntos cosecharon muchos triunfos
en la vida.
AUTOR: Santiago Burbano
Octavo Año “A”
UNA VIDA SIN OBSTÁCULOS
Erase una vez un chico al
que se lo apodaba Chino, el basquetbolista.
Un día estaba en un campeonato y casi para terminar el partido tuvo un
problema debido a una falta de su contrincante que lo lesionó gravemente. Su padre que lo acompañaba pensó que no era
nada importante y por eso no lo llevó al
médico en ese momento.
Con el pasar de los días
Chino se puso muy grave, sentía mucho dolor y tuvieron que llevarlo al hospital
donde el doctor le comunicó al padre que su hijo había desarrollado una
gangrena en su pie debido a la falta de atención médica y que por ello tendrían
que amputarle una parte del pie que le afectaría el que pudiera caminar bien.
La vida de Chino cambió
totalmente, a él le gustaba practicar todo tipo de deportes, pero ahora no
podía hacerlo por no tener su pie completo.
Un día que salió a pasear junto a su madre observaron que en una cancha de
tenis jugaban varios jóvenes y a ella se le ocurrió que su hijo podría prac ticar este deporte, pero Chino le
respondió que a él no le interesaba este deporte porque le parecía aburrido, pero al llegar a
la casa decidió investigar un poco sobre tenis y sus reglas de juego.
Después de unas semanas
comenzó a practicar el tenis, aunque al inicio era un poco torpe, se caía y no podía correr con agilidad, con
el tiempo fue mejorando. Un día vio que
un niño en silla de ruedas entraba a la cancha, se acercó y le preguntó qué
hacía ahí, el niño le respondió que iba a practicar su deporte favorito que era
el tenis, entonces el niño vio la admiración y sorpresa en la cara de Chino y
le dijo:
-
Estar en una silla de
ruedas, no me impide hacer lo que yo quiero, solo tú pones obstáculos en tu
vida.
Chino entendió lo que el
niño le dijo y eso marcó su vida porque desde ese día hizo más esfuerzo por
superarse. Volvió a la cancha de básquet y aunque con mucho esfuerzo siguió
participando en campeonatos porque él superaría los obstáculos en su vida.
AUTORA: Jeizon Cuásquer Octavo Año “A”
ESTRELLITA, UNA MUJER VALIENTE
Estrellita era una mujer valiente y fuerte a pesar de no
tener una pierna. Fue la primera mujer que obtuvo una medalla en ciclismo,
pero siempre anheló practicar otro
deporte como la patineta, pero debido a su pierna ortopédica este deporte le
resultaba muy difícil. Pasaron los días y tuvo la oportunidad de asistir a una
competencia de patinetas, ella quería participar porque le encantaba las cosas
que hacían con algo tan pequeño como la patineta, entonces decidió comenzar a
practicar y se puso como meta que un día participaría en una competencia.
Primero tuvo que ahorrar para comprarse su patineta, ella
decidió que fuera rosa con ruedas fucsias y amarillas. Cada tarde practicaba con disciplina, al
principio le resultó duro porque caía una y otra vez, pero un día llegó a su
vida una vieja amiga a quien no había visto por mucho tiempo y le conversó
sobre el deporte que estaba practicando.
Su nueva amiga la acompañaba a los entrenamientos y le hacía ver los
errores e incluso la inscribió en un campeonato.
Cuando llegó el día en que Estrellita debía participar no la
querían dejar entrar en la competencia
porque decían que se podría hacer daño al usar la patineta, pero Karolina, su
mejor amiga, le dijo que no se rindiera, que su
pierna nunca había sido un obstáculo para lograr lo que se había propuesto y
que no tenía que darse por vencida ya que era una mujer valiente y debía demostrar
a todos cómo había salido adelante.
La competencia empezó
y el turno fue para Jeny Carson, una excelente competidora que había ya
ganado 3 veces seguidas. Ya le tocaba a
Estrellita, ella estaba muy nerviosa, pero se armó de valor e hizo una presentación
muy buena. Todos la felicitaban por el
trabajo que había hecho, ella no sabía si había ganado o no, pero se sentía una
ganadora porque había hecho su mejor trabajo y había puesto todo su esfuerzo
para demostrar que era una mujer valiente.
AUTORA: Melani Yandún Octavo Año “C”
HISTORIA DE UNA BICI ROSA
Estrellita era una niña de
12 años que vivía en el barrio San Francisco, ella estudiaba en la U.E. Gonzalo
Fernández, se caracterizaba por ser una soñadora, ya que le gustaba mucho tener
una bici rosa con unos lacitos.
Un día Estrellita se fue
al parque y se dio cuenta que una niña
tenía una bici rosa con unos lacitos, como a ella le gustaba, se acercó
y le dijo a la niña que le prestara y ella amablemente le dijo que sí, pero Estrellita
no sabía manejar muy bien, se fue a pasear por el camino y no se dio cuenta que
venía un carro y cayó justo cuando el carro pasaba y por ello le pisó su
pierna; de inmediato llamaron a su mamá y la llevaron al hospital donde el
doctor le dijo que estaba muy mal y que tenían que amputarle la pierna.
Estrellita pasaba muy
triste metida en su cuarto junto a su hermana, se la pasaba dibujando en hojas
de papel a niñas montadas en bicis rosa, luego pegaba sus dibujos en las
paredes de su habitación, su hermana observaba esto y no le decía nada hasta
que un día invitó a su hermana a salir al parque para que se distrajera. Estrellita tuvo que usar sus
Muletas, aunque no le
gustaban para nada.
En el
parque conocieron a Juan, un joven de 16 años, muy atractivo que había llegado
a la ciudad y que le platicó un poco de su vida, le contó que a él le encantaba
el ciclismo y por ello ganó medallas. Al siguiente día invitó a pasear en
bicicleta a Estrellita, quien al principio no quería, pero ante la insistencia
de Juan terminó por aceptar. Poco a poco
Juan con su paciencia y cariño le enseñó otra vez a andar en bicicleta a su
nueva amiga y no tardaron en formar un gran grupo de amigos que recorrían las
calles en sus bicis de colores.
AUTORA: Eliana Mendoza
Octavo Año
“C”
ESTRELLA LUNA Y SUS PATINES
Una niña llamada Estrella
Luna soñaba con tener patines de color rosa, pero a su madre no le alcanzaba
casi para nada, ella trabajaba cosechando papas y el dinero que ganaba lo gastaba todo e comida
para la familia. Ellos vivían en un
pueblo muy alejado dela ciudad de Quito, ese pueblo era muy pobre. La niña no se conformaba con su situación y
decidió irse a trabajar para cumplir su sueño.
Consiguió trabajo donde una señora rica arreglando la casa.
Una mañana ella salió a
hacer compras, pero en el momento que ella iba a cruzar la calle no miró y la
atropelló un carro.. La niña perdió
mucha sangre, después de media hora llegó la ambulancia y la trasladaron al
hospital. La madre fue informada y
cuando llegó al hospital preguntó al doctor:
-
¿qué le pasó a mi hija?
El doctor respondió:
-
Su hija está fuera de peligro pero hay un problema, la niña
perdió el pie izquierdo.
La mamá desesperada no sabía cómo darle esta noticia a
su hija.
Estrella Luna despertó y se quería levantar al baño,
pero algo extraño sucedía, la niña no se podía levantar, se miró la pierna
izquierda y vio que estaba vendada; la curiosidad por saber qué pasaba la llevó
a quitarse la venda y entonces se dio cuenta que no tenía pie. Dio un grito de dolor y angustia que acudió
su madre y los médicos para tranquilizarla.
A Estrella Luna se le cayeron todos sus sueños, en especial el de ser
campeona e patinaje. Estrella Luna pasó
todo un año encerrada en su casa sin querer ver a nadie.
Pasó el tiempo y Estrella Luna fue cambiando de
actitud y un día anunció a su madre que no se iba a rendir e iba a salir
adelante. Salió a la calle y aunque
caminaba con dificultad se fue a la plaza donde patinaban todas las niñas. En ese lugar encontró a una amiga quien desde
ese momento se comprometió a ayudar a Estrella Luna para que pudiera patinar
aunque fuera con ayuda.
La mamá de Estrella Luna veía como cada día su hija se
iba fortaleciendo. Sabía que tendría
limitaciones pero que saldría adelante.
Pasaron los años y Estrella Luna logró patinar sola con la ayuda de una
prótesis que le sirvió para ganar una medalla en las Olimpiadas
Especiales.
Estrella Luna y su madre decidieron salir de su pueblo
e irse3 a la ciudad donde encontrarían más oportunidades para superarse, la joven fue la más feliz del
mundo porque cumplió sus sueños, siguió estudiando y ya no tendría que trabajar
más.
AUTORA: Mishell Nazate
Octavo Año
“C”
UN SUEÑO ROTO
Chino era un niño que decidió viajar a Guayaquil, llegó a la gran
ciudad en el día y vio a unos niños con
celulares, Chino no sabía qué eran esos aparatos y por eso les preguntó:
-
¿Qué es eso que tienen?
Los niños respondieron con enfado que eran teléfonos celulares y que a él
no le importaba. El niño no entendía por qué las personas de la ciudad eran tan
bruscas. Chino se fue a comer a un restaurante con el poco dinero que tenía y
comió encebollado, miró su bolsillo y casi o le quedaba dinero.
Llegó la noche y Chino vio a unos hombres un poco extraños. Chino se asustó y corrió a esconderse en un
tacho de basura, su corazón estaba acelerado y casi se lo podía escuchar a lo
lejos. Finalmente al ver que aquellos
hombres se fueron, salió y esa noche durmió en una vereda.
Al siguiente día Chino fue a un estadio muy chiquito que era de arena y
con una botella empezó a a jugar solo, unos niños lo miraron y estaban
sorprendidos de su habilidad, entonces le dijeron: ¡Partido! Él
dijo ¡Bueno! Y empezó el juego.
Chino iba con Juan y Miguel, quien corrió y en la mitad de la cancha
pasó la pelota a Chino quien pateó y dio en el palo. Sacaron
y Chino se la quitó a Jhon e hizo el pase a Juan y todos gritaron
¡goool! Ganaron 1-0.
Chino quería asistir a la escuela pero primero decidió buscar empleo e un
restaurante, pero le dijeron que no, estaba decepcionado por esto, pero decidió
buscar en otros restaurantes cercanos con muy poca suerte. Iba caminando cuando vio que 5 jóvenes
estaban regalando caramelos, al verlo lo llamaron y le dijeron:
-
Oye niño, toma te damos esta caja de caramelos y los puedes
vender en el parque.
Chino se emocionó y aceptó los dulces y se fue a venderlos.
Cuando estaba en el parque un grupo de policías pasaron junto a él
acompañados de 2 canes, olfatearon al niño y descubrieron que los dulces no
eran lo que parecían, sino contenían una sustancia prohibida. Los policías quitaron la caja de dulces a
Chino quien no entendía qué pasaba, la examinaron y constataron que
efectivamente era droga y enviaron a Chino a al DINAPEN, lo interrogaron y
decidieron dejarlo 2 días detenido.
Finalmente fue liberado pero no tardó en juntarse con amigos que no
debía, ya no practicaba el deporte que tanto le había gustado. Poco a poco el niño fue cambiando para
mal. Un día llegó a la ciudad su madre
quien lo había estado buscando por mucho tiempo y casi lo desconoció, ya no
quedaba nada de aquel muchacho que un día había querido ser el mejor
futbolista. Trató de persuadirlo para
que regresara con ella, pero Chino corrió y no quiso regresar. Chino había
perdido sus sueño
AUTOR: Abel Revelo
Octavo Año
“C”
UN GRAN MAESTRO
En un pequeño pueblo había un niño llamado Francisco que era nuevo en la
escuela, era muy tímido y callado. Un día conoció a Chino, un niño que vivía
una vida triste, que no estudiaba, pero era muy ágil en el fútbol. Francisco no era bueno en ningún deporte,
pero él anhelaba ser un gran jugador de
fútbol aunque no tuviera la destreza suficiente.
Un día los muchachos salieron juntos, Chino esperó a su amigo fuera de la
escuela y los dos se encaminaron a practicar un poco y desarrollar habilidades
con el balón; aunque Francisco no podía, intentaba e intentaba y poco a poco
fue dominando el balón. Chino al verlo
se sentía muy orgulloso de él porque de alguna manera él había sido su maestro.
Una tarde Francisco estaba más distraído de lo acostumbrado, al ver esto
Chino le preguntó el porqué se sentía así.
Francisco le respondió que habían muchos problemas en su hogar. Chino al escuchar eso lo entendió porque a él
también le pasaba frecuentemente lo mismo en su casa.
Chino para animar a su amigo le siguió enseñando más trucos, fue entonces
cuando Francisco se dio cuenta que los botines de Chino estaban muy rotos, no
quiso hacer sentir mal a su amigo y por ello se acercó a conversar con él y
descubrió que la pobreza no era el único problema de Chino sino también que su
padre lo pegaba y maltrataba casi a diario, esa era la razón por la cual Chino
jugaba con tanta fuerza el fútbol, dejaba en el deporte todos los vacíos de su
vida.
Chino tenía un partido de fútbol al que no podía faltar, sus padres
trataron de impedir que fuera, pero Chino se escapó y llegó a la cancha, pero
sus padres lo habían seguido, su padre quería golpearlo por haber salido sin
permiso, pero cuando llegaron y lo vieron jugar, se sintieron orgullosos de su
hijo.
Al terminar el partido Chino se llevó la sorpresa e que sus padres lo
habían estado observando y que no estaban enojados. Chino con miedo se acercó donde ellos y ellos
le prometieron cambiar y apoyarlo para que sea un buen futbolista y también
pueda estudiar. En cuanto a sus zapatos
ya encontraría dinero para comprarle un par de zapatos nuevos. Francisco miró la escena y se sintió
orgulloso de su gran “maestro”.
AUTOR: Eric Maigua
Décimo Año
“B”
UN GESTO EN
EL DEPORTE
Juan era un chico que no era muy hábil para los
deportes. Un día llegaron a su colegio
dos estudiantes llamados Chino y Estrellita, que eran hermanos. Los niños eran pobre y siempre salían a jugar
en las tardes con sus amigos.
Juan al poco tiempo de que llegaran sus amigos empezó
a juntarse con ellos y empezó a practicar el fútbol aunque muchas veces recibía
regaños de parte de Chino por su poca habilidad. Se acercaba el campeonato
interno de fútbol en la escuela y todos estaban emocionados menos Chino porque
era de escasos recursos económicos y no tenía para el uniforme.
Juan se enteró de la dificultad de Chino y junto a sus
compañeros de curso decidieron hacer actividades para reunir el dinero y
comprar el uniforme de Chino, su capitán.
Así lo hicieron y
El día de la inauguración, Chino recibió de las manos
de sus compañeros su uniforme. Él se sintió muy feliz y jugó como nunca para recompensar el
gesto de sus amigos.
AUTOR: Joel Arteaga
Décimo Año
“B”
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