EL PATO
EN LA ESCUELA
Por Miguel Ángel Santos Guerra
Por Miguel Ángel Santos Guerra
Cierta vez,
los animales del bosque decidieron hacer algo para afrontar los problemas del
mundo nuevo y organizaron una escuela. Adoptaron un currículo de actividades
consistente en correr, trepar, nadar, volar y para que fuera más fácil
enseñarlo, todos los animales se inscribieron en todas las asignaturas.
El pato era
estudiante sobresaliente en la asignatura de natación. De hecho, superior a su maestro.
Obtuvo un suficiente en vuelo, pero en carrera resultó deficiente. Como era de
aprendizaje lento en carrera tuvo que quedarse en la escuela después de la hora
de salida y abandonar la natación para practicar la carrera. Estas
ejercitaciones continuaron hasta que sus pies membranosos se desgastaron, y
entonces pasó a ser un alumno apenas mediano en la natación. Pero la medianía
se aceptaba en la escuela, de manera que a nadie le preocupó lo sucedido salvo,
como es natural, al pato.
La liebre
comenzó el curso como el alumno más distinguido en carrera pero sufrió un
colapso nervioso por exceso de trabajo en natación. La ardilla era
sobresaliente en trepar, hasta que manifestó un síndrome de frustración en la
clase de vuelo, donde su maestro le hacía comenzar desde el suelo, en vez de
hacerlo desde la cima del árbol. Por último se
enfermó de calambres por exceso de
esfuerzo, y entonces, la calificaron con 6 de 10, en trepar y con 4 de 10, en carrera.
El águila era
un alumno problema y recibió malas notas en conducta. En el curso de trepar
superaba a todos los demás en el ejercicio de subir hasta la copa del árbol,
pero se obstinaba en hacerlo a su manera.
Al terminar
el año, una anguila anormal, que podía nadar de forma sobresaliente y también
correr y trepar y volar un poco, obtuvo el promedio superior y la medalla al
mejor estudiante.