miércoles, 20 de diciembre de 2017

CALIGRAFÍA PARA OCTAVOS Y DÉCIMOS AÑOS PARA 2 DE ENERO

EL  PATO  EN  LA  ESCUELA
Por Miguel Ángel Santos Guerra
Cierta vez, los animales del bosque decidieron hacer algo para afrontar los problemas del mundo nuevo y organizaron una escuela. Adoptaron un currículo de actividades consistente en correr, trepar, nadar, volar y para que fuera más fácil enseñarlo, todos los animales se inscribieron en todas las asignaturas.
El pato era estudiante sobresaliente en la asignatura de  natación. De hecho, superior a su maestro. Obtuvo un suficiente en vuelo, pero en carrera resultó deficiente. Como era de aprendizaje lento en carrera tuvo que quedarse en la escuela después de la hora de salida y abandonar la natación para practicar la carrera. Estas ejercitaciones continuaron hasta que sus pies membranosos se desgastaron, y entonces pasó a ser un alumno apenas mediano en la natación. Pero la medianía se aceptaba en la escuela, de manera que a nadie le preocupó lo sucedido salvo, como es natural, al pato.
La liebre comenzó el curso como el alumno más distinguido en carrera pero sufrió un colapso nervioso por exceso de trabajo en natación. La ardilla era sobresaliente en trepar, hasta que manifestó un síndrome de frustración en la clase de vuelo, donde su maestro le hacía comenzar desde el suelo, en vez de hacerlo desde la cima del árbol. Por último se  enfermó de calambres por exceso de esfuerzo, y entonces, la calificaron con 6 de 10, en trepar  y con 4 de 10, en carrera.
El águila era un alumno problema y recibió malas notas en conducta. En el curso de trepar superaba a todos los demás en el ejercicio de subir hasta la copa del árbol, pero se obstinaba en hacerlo a su manera.
Al terminar el año, una anguila anormal, que podía nadar de forma sobresaliente y también correr y trepar y volar un poco, obtuvo el promedio superior y la medalla al mejor estudiante.
Esta fábula nos ayuda a reflexionar sobre la diversidad de estudiantes en una escuela que es homogenización de su camino y su meta. El niño tipo es el varón de raza blanca que habla el lenguaje hegemónico, que es católico, sano, vidente….En una palabra normal, él es propuesto como modelo para todos y todas.
Se ha vivido la diferencia como una lacra, no como un valor. Se ha buscado la homogeneidad como una meta, y al mismo tiempo, como un camino. Los mismos contenidos, las mismas explicaciones, las mismas evaluaciones, las mismas normas para todos.
Curiosamente se buscaba en la justicia el fundamento de esa uniformidad. Sin caer en  cuenta que no hay mayor injusticia que exigir lo mismo a quienes son tan diferentes.
¿Sería razonable exigir un recorrido igual a quien puede avanzar sin obstáculos que aquel a quien se ha atado al pie una enorme bola de hierro? La bola de hierro de ser mujer, de ser pobre, de ser gitano, inmigrante, de ser diferente etc. Hay diferencias que exigen otra actuación política y educativa. Si uno es homosexual y otro heterosexual, la actuación pertinente no es igualarlos sino respetarlos. Amar al otro como es, no como nos gustaría que fuese. Cuando se ha calificado a algunos alumnos de “subnormales “se les ha privado de expectativas, estímulos, menos éxito, menos felicitaciones, menos palabras de aliento y más palabras de burla: tontos, no pueden, no saben……etc. ¡qué horror ¡ y ¡que error!.  “TRATEMOS A LOS DEMÁS COMO QUIERO QUE ME TRATEN A MI”


lunes, 18 de diciembre de 2017

TRABAJO DE RECUPERACIÓN- INSUMO 2 o 3-DÉCIMO AÑO

En las siguientes oraciones, identifique Sujeto y Predicado. Núcleos del Sujeto y Predicado. Objeto directo e indirecto si los hubiera.  Entregue en una hoja de carpeta con su nombre y curso.

1. Vivimos en una época de experimentos sociales.
2. Los estudiantes trataron de recuperar sus notas.
3. La generosidad se siente en Navidad
4. Regaló el abuelo muchos obsequios a sus nietos.
5. El joven tomó nota de la explicación.
6. En la noche ellos irán a la fiesta.
7. Los pequeños querían una cobija para abrigarse.
8. La maestra entregó los trabajos de recuperación.
9. La gente disfrutó de sus vacaciones de diciembre.
10. Hoy los profesores asistirán a una reunión en la Matriz.
11. Juan cortó el papel con su tijera.
12. El programa de Navidad comenzó muy temprano
13. El Alcalde donó muchas fundas de caramelos a los niños pobres.
14. En la mañana tuvimos la visita del Director de Educación.
15. Los estudiantes disfrutarán de sus vacaciones la próxima semana.
16. Ana ama a Juan profundamente.
17. La señora vendió sus joyas al mercader por un precio bajo.
18. Los cómicos se presentaron en la Plaza Central.
19. Ella contó un chiste muy bueno
20. Los estudiantes realizan este trabajo para mejorar su nota.

CALIGRAFÍA DE RECUPERACIÓN-INSUMO 1- OCTAVOS AÑOS

                                          UN ERROR AFORTUNADO
En el salón de clase había dos alumnos que tenían el mismo apellido: Urdaneta. Uno de los Urdaneta, el más pequeño, era un verdadero dolor de cabeza para la maestra: indisciplinado, poco aplicado en sus estudios, buscador de pleitos. El otro Urdaneta, en cambio, era un alumno ejemplar.
Tras la reunión de representantes, una señora de modales muy finos se presentó a la maestra como la mamá de Urdaneta. Creyendo que se trataba de la mamá del alumno aplicado, la maestra se deshizo en alabanzas y felicitaciones y repitió varias veces que era un verdadero placer tener a su hijo como alumno.
A la mañana siguiente, el Urdaneta revoltoso llegó muy temprano al colegio y fue directo en busca de su maestra. Cuando la encontró, le dijo casi entre lágrimas: “Muchas gracias por haberle dicho a mi mamá que yo era uno de sus alumnos preferidos y que era un placer tenerme en su clase. ¡Con qué alegría me lo decía mamá! ¡Qué feliz estaba! Ya sé que hasta ahora no he sido bueno, pero desde ahora lo voy a ser”. La maestra cayó en la cuenta de su error pero no dijo nada. Sólo sonrió y acarició levemente la cabeza de Urdaneta en un gesto de profundo cariño. El pequeño Urdaneta cambió totalmente desde entonces y fue, realmente, un placer tenerlo en clase.
Reflexión
Las expectativas que abrigamos hacia una persona se las comunicamos y es probable que se conviertan en realidad. Esto es lo que se conoce como Efecto Pigmalión. El mito de Pigmalión viene a significar que las expectativas, positivas o negativas, influyen mucho en las personas con las que nos relacionamos. De ahí la importancia de tener expectativas positivas de nuestros alumnos. La capacidad de aceptar a los otros como son, y no como quisiéramos que fueran, y de comunicarles dicha aceptación mediante palabras o gestos, es tal vez la principal herramienta para producir cambios positivos en el crecimiento y desarrollo de la persona.

CALIGRAFÍA DE RECUPERACIÓN-INSUMO 1- DÉCIMO AÑO

EL RUISEÑOR
En los jardines del palacio de un emperador vivía un ruiseñor cuyo canto era especialmente bello. Todos lo conocían y alababan, menos el emperador que, muy ocupado en sus negocios imperiales, hacía mucho tiempo que no había ido al jardín y no había podido escuchar su canto.
Un día, sus cortesanos decidieron celebrar el cumpleaños de su emperador con una gran fiesta en el jardín. Estando allí, el emperador escuchó al ruiseñor y quedó tan embriagado con su canto que llegó a llorar de la emoción. -He visto lágrimas en los ojos del emperador, ¡ese es mi mayor tesoro! – dijo el pájaro rechazando los regalos que le ofrecían. Para que el emperador pudiera disfrutar continuamente de sus cánticos, atraparon al ruiseñor y lo metieron en una jaula que colocaron en el salón imperial. El ruiseñor siguió cantando, pero su voz se tornó triste.
Conocedores del amor del emperador por los ruiseñores, los habitantes del vecino país le enviaron un ruiseñor de oro y piedras preciosas. Toda la corte, incluso el emperador, se dejó seducir por el ruiseñor mecánico y pronto olvidaron al otro, el verdadero, que fue languideciendo de tristeza y soledad. En un descuido del encargado de limpiar la jaula, el ruiseñor escapó y, al recobrar su libertad, reencontró la alegría y de nuevo su cántico fue una clarinada de luz.
Pasó el tiempo, enfermó el emperador, le invadió la tristeza y entonces añoró el canto límpido del ruiseñor. Le trajeron el ruiseñor de oro, pero no logró devolverle la alegría. Cuando el ruiseñor se enteró de la enfermedad del rey, voló a su ventana y le dedicó sus mejores canciones. Al oírlo, el rey recobró la alegría y muy pronto con ella la salud. -Te quedarás ya siempre conmigo –le dijo el rey-. Te daré todo lo que quieras, mandaré que te construyan una jaula de oro. Vivirás siempre a mi lado, sin peligros, ni amenazas, sin tener que soportar el frío y el hambre en el invierno... -No quiero tus regalos, ni tu jaula –le contestó el ruiseñor-. Si quieres hacerme feliz, sólo te pido una cosa: permíteme volar libremente. Vendré a visitarte cuando me apetezca y entonces mi canción será siempre limpia y transparente. 
REFLEXIÓN
Deja a la persona que amas el disfrute de su libertad. El auténtico amor no limita ni amarra, no enjaula en la dependencia, sino que pone alas al corazón para que emprenda el vuelo de su propia libertad.

Amar a una persona es ayudarle a descubrir su propio camino y darle ánimo y apoyo para que lo recorra con autenticidad. Esta es la misión del verdadero maestro: alumbrar caminos y dar la mano para que sean recorridos con libertad. 

lunes, 13 de noviembre de 2017

CALIGRAFÍA PARA OCTAVOS AÑOS PARA 21 DE NOVIEMBRE



UNA HISTORIA SOBRE LA HONESTIDAD

Hubo una vez un rey que convocó a todos los solteros del reino pues era tiempo de buscar esposo para su hija. Todos los jóvenes asistieron y el rey dijo:

"Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros. Al cabo de seis meses deberán traerme en una maceta la planta que obtengan y el que presente la mejor se casará con la princesa".

Uno de los jóvenes plantó su semilla, pero ella no germinaba. Mientras tanto, todos los demás jóvenes no dejaban de hablar y mostrar las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas.

Pasaron los seis meses y todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con hermosísimas y exóticas plantas.
Con la cabeza baja y muy avergonzado, iba hacia el palacio el joven cuya semilla no germinaba, con su maceta vacía. Los demás presumían de sus plantas y al ver a nuestro amigo se reían y burlaban.

En ese momento el alboroto fue interrumpido por la llegada del rey. Hicieron sus respectivas reverencias mientras se paseaba entre todas las macetas admirando las plantas. Finalizada la inspección hizo llamar a su hija y llamó de entre todos al joven que llevó la maceta vacía. Atónitos, todos esperaban la explicación de aquella acción.

El rey dijo entonces: "Éste es el nuevo heredero. A todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme plantando otras plantas. Este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo HONESTO, sincero, leal y valiente, cualidades que un futuro rey debe tener y que mi hija merece".

CALIGRAFÍA PARA DÉCIMO AÑO PARA 22 DE NOVIEMBRE



Una paradoja viviente

En un día crudo de invierno, un anciano tembloroso fue llevado ante los
tribunales. Se le acusaba de haber robado un pan.
Al ser interrogado, el hombre explicó al juez que lo había hecho porque su familia estaba muriéndose de hambre.
-La ley exige que usted sea castigado- declaró solemnemente el juez-. Tengo que aplicarle una multa de 50 pesos y al mismo tiempo, metió la mano en su bolsillo y dijo: Aquí tiene usted el dinero para pagar la multa.
Y además - prosiguió el juez - pongo una multa de cien pesos a cada uno de los presentes de esta sala,
por vivir en una sociedad donde un hombre necesita robar para poder sobrevivir.

***
No amemos de palabra y con la boca, sino con obras y de verdad.
Hay muchas clases de pan
que no están al alcance de todos, sino solo de algunos.
Los otros deberán robar para tenerlos.

***
Haz todo el bien que puedas,
por todos los medios que puedas,
de todas las maneras que puedas,
en todos los sitios que puedas,
a todas las horas que puedas,
a toda la gente que puedas,
durante todo el tiempo que puedas.

***
Somos una paradoja viviente. Nos hacemos trampas para justificar
nuestra falta de solidaridad.
La paradoja es que cuando nos preguntamos si somos buenos,
terminamos pensando que sí lo somos, sin serlo de veras.

sábado, 4 de noviembre de 2017

LA ENTREVISTA



Entrevista a Malala Yousafzai, por Rosa Montero
Con la vista y el ánimo ya puestos en el fin de semana, nos encontramos con una entrevista arrebatadora mientras ojeamos una revista: Rosa Montero nos ofrece un retrato desgarrador de Malala Yousafzai a lo largo de dos páginas que se vuelven escasas a medida que nos sumergimos en las palabras de esta activista que con sólo 16 años desafió a los talibanes y a la muerte misma. Sus reflexiones, sus conclusiones, su visión de la vida y del mundo, a pesar de tener su raíz en el horror y la masacre, nos han llenado de esperanza y de fuerza. Esperamos que a vosotros os ocurra lo mismo.
Imaginen la situación: una realidad de violencia y abuso insoportables, un padre heroico y singular que señala el camino y una niña inteligentísima, consciente de su propia dignidad y con una gran capacidad de compasión. Las balas de los talibanes  no lograron ni matarla ni callarla y, aunque le robaron una buena parte de su infancia, la han catapultado a una visibilidad mundial. Malala, enardecida por haber sobrevivido y todavía muy joven, pese a su madurez, tiene ensueños grandiosos para el futuro de su pueblo, que quizá ella logre poner en marcha, porque esta pizca de mujer es poderosa. Tanto el padre como la hija tienen algo limpio, el corazón en la boca, una luz que encandila.
Pero la luz de Malala está llena de sombras, es una estrella oscura llena de dolor y de determinación. A los dieciséis años está dispuesta a sacrificar toda su vida por su proyecto. Una vida extremadamente adulta y anormal desde los diez años. 
¿No le agobian las expectativas que todos parecemos tener sobre usted?
No. Estoy entregada a la causa de la educación y creo que puedo dedicarle mi vida entera. Me enorgullezco de trabajar en pro de la educación de las niñas.
Usted ha pasado por una situación durísima, pero inmediatamente ha sacado un libro, que le obliga a estar de nuevo en primera línea. Eso es una elección. Y parece dura.
Es que esto ya es mi vida, no es sólo una parte de ella. No puedo abandonar. Cuando veo a la gente de Siria y de Paquistán que está sufriendo el terrorismo, no puedo dejar de pensar: “Malala, ¿por qué esperas a que otro se haga cargo?” Yo empecé mi lucha a los diez años.
Cuando llegaron los talibanes.
Los talibanes se levantaron y empezó el terrorismo. Había mucha gente en contra, pero tenían miedo, las amenazas eran muy grandes, así que hubo muy pocos que se atrevieron a hablar en voz alta en pro de sus derechos, y uno de ellos fue mi padre. Y yo seguí a mi padre.
El libro tiene una parte que es como un cuento de terror. Dice usted: “Tenía diez años cuando los talibanes llegaron a nuestro valle. Moniba [su mejor amiga] y yo habíamos estado leyendo los libros de Crepúsculo y nos pareció que los talibanes llegaron en la noche exactamente como vampiros”…
Si preguntas a los niños aquí de qué tienen miedo, te van a contestar que de un vampiro o de un monstruo, pero en nuestro país tenemos miedo a los humanos.
Es un sistema perverso y demencial; prohibieron la música, prohibieron cantar…
Nos prohibieron todo. No nos dejaban ni jugar a las peluqueras con las muñecas.
Luego los talibanes empezaron a matar. Primero a los policías y a los músicos, así que dejaron sus empleos y pusieron anuncios en los periódicos para que no les asesinaran…. Su propio padre, cuando le amenazaron, puso un anuncio que decía: “Matadme a mí pero no hagáis daño a los niños de mi escuela, que rezan todos los días al mismo Dios en el que vosotros creeis”.
Sí, y luego estaba la radio de los talibanes. Daban mensajes diciendo: “Felicitamos a Fulano, que se ha dejado crecer la barba y por eso va a entrar en el paraíso”… Y a las niñas que íbamos a clase nos insultaban todos los días y nos decían que iríamos al infierno.
En los últimos años ustedes estaban convencidos de que su padre iba a ser asesinado. ¿Cómo podían aguantar ese miedo todos los días?
En aquel entonces el miedo nos rodeaba. Fue todo tan duro. Queríamos hablar pero no sabíamos que nuestras palabras nos conducirían al cambio. No estábamos enterados del poder que encierra un lápiz, un libro. Sin embargo, se ha demostrado que los talibanes, que tenían fusiles y explosivos, eran más débiles que la gente con lápices y libros.
En el libro cuenta que hace poco, en un centro comercial en Abu Dhabi, sintió un repentino ataque de terror.
Cuando vi a la gente a mi alrededor, pensé que que me iban a disparar. Y luego me dije: “¿Y por qué te da miedo ahora? Ya le has visto la cara a la muerte, ya no debes tenerle miedo. Sigue adelante, que Dios y la gente te acompañan. Hay que morir alguna vez en la vida”.
Usted decía que su padre quería que fuera política, pero que usted quería ser doctora y que no le gustaba la política…. Ahora ha cambiado de opinión.
Amo a mi padre y él me inspira, lo cual no significa que siempre esté de acuerdo con él. Yo antes quería ser médico, pero luego pasó el tiempo y fui dándome cuenta de que el Gobierno no estaba haciendo nada, que su deber elemental era conceder derechos básicos al pueblo. Por eso pensé que quería ser política para conseguir un cambio grande en mi país. Para que un día Paquistán esté en paz. Y no sólo quiero ser política, sino líder también.
Líder social.
Sí, porque el pueblo en Paquistán está dividido, nunca he visto a alguien que sepa unir a la gente. Quiero hacer que toda esa gente se una, que Paquistán sea uno solo, ver la igualdad entre todos y la justicia.
¿Y cree que usted los puede unir?
Para lograr ese objetivo tengo que conseguir poder, y el verdadero poder consiste en la educación y el conocimiento. Además nos hace falta un escudo, que es la unidad del pueblo. Cuando nos apoyemos los unos a los otros, cuando nos eduquemos, cuando logremos ese poder, podremos con todo. Y entonces volveré a Paquistán.