EL CUENTO DE
LA SOLIDARIDAD
-¿Puedes decirme cuánto pesa
un copo de nieve? –le preguntó un colibrí a una paloma. -Nada –fue la
respuesta. -Si eso es lo que piensas, que no pesa nada, te voy a contar una
historia: El otro día me posé en la rama de un pino, cerca de su tronco. Hacía
frío y comenzó a nevar mansamente. No era una de esas ventiscas terribles que
azotan los árboles y los retuercen dolorosamente. Nevaba como un sueño, sin
violencia, sin heridas. Como no tenía nada que hacer, empecé a contar los copos
que caían sobre la rama. Había contado exactamente 3.741.902 copos, cuando cayó
el siguiente -sin peso alguno, como tú dices- y quebró la rama. Dicho esto, el
colibrí levantó el vuelo.
La
paloma, una autoridad en la materia desde tiempos de Noé, se puso a reflexionar
y, pasados unos minutos, se dijo: “Quizás
tan sólo sea necesaria la colaboración de una persona más para que la
solidaridad se abra camino en el mundo” (Kurt Kauter). ¿Cuántos cuadros hay
en El Louvre, El Prado, el Vaticano..., o en cualquiera de los millones de
museos que hay en el mundo? ¿Cuántas pinceladas tendrá el cuadro más pequeño de
todos los que tiene uno de esos museos? ¿Y el cuadro más grande? ¿Y todos los
cuadros de una sala? ¿Y todos los cuadros de todas las salas? ¿Y todos los
cuadros de todos los museos del mundo? ¿Miles de millones? ¿Trillones? Por lo
general, las obras importantes, las obras de mucho valor, están hechas a base
de cientos y miles de detalles, puestos uno al lado del otro, tenazmente,
pacientemente, minuto a minuto, hora a hora, año tras año.
Millones
y millones de gotas de agua se juntan para formar la incomprensible fortaleza
del océano. Millones y millones de letras se entrelazan para formar las grandes
obras literarias. Tú solo no vas a
componer el mundo, pero empieza cambiando tú, brinda el aporte que te toca. Haz
lo que debes hacer, trabaja con ilusión y cumple con tu deber aunque no veas
los resultados. Sé responsable y amable aunque los demás no lo sean.
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