sábado, 8 de abril de 2017

El cuento de la solidaridad



EL CUENTO DE LA SOLIDARIDAD
 -¿Puedes decirme cuánto pesa un copo de nieve? –le preguntó un colibrí a una paloma. -Nada –fue la respuesta. -Si eso es lo que piensas, que no pesa nada, te voy a contar una historia: El otro día me posé en la rama de un pino, cerca de su tronco. Hacía frío y comenzó a nevar mansamente. No era una de esas ventiscas terribles que azotan los árboles y los retuercen dolorosamente. Nevaba como un sueño, sin violencia, sin heridas. Como no tenía nada que hacer, empecé a contar los copos que caían sobre la rama. Había contado exactamente 3.741.902 copos, cuando cayó el siguiente -sin peso alguno, como tú dices- y quebró la rama. Dicho esto, el colibrí levantó el vuelo.
La paloma, una autoridad en la materia desde tiempos de Noé, se puso a reflexionar y, pasados unos minutos, se dijo: “Quizás tan sólo sea necesaria la colaboración de una persona más para que la solidaridad se abra camino en el mundo” (Kurt Kauter). ¿Cuántos cuadros hay en El Louvre, El Prado, el Vaticano..., o en cualquiera de los millones de museos que hay en el mundo? ¿Cuántas pinceladas tendrá el cuadro más pequeño de todos los que tiene uno de esos museos? ¿Y el cuadro más grande? ¿Y todos los cuadros de una sala? ¿Y todos los cuadros de todas las salas? ¿Y todos los cuadros de todos los museos del mundo? ¿Miles de millones? ¿Trillones? Por lo general, las obras importantes, las obras de mucho valor, están hechas a base de cientos y miles de detalles, puestos uno al lado del otro, tenazmente, pacientemente, minuto a minuto, hora a hora, año tras año.
Millones y millones de gotas de agua se juntan para formar la incomprensible fortaleza del océano. Millones y millones de letras se entrelazan para formar las grandes obras literarias. Tú solo no vas a componer el mundo, pero empieza cambiando tú, brinda el aporte que te toca. Haz lo que debes hacer, trabaja con ilusión y cumple con tu deber aunque no veas los resultados. Sé responsable y amable aunque los demás no lo sean.

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